A María O.
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coge las enormes alas
destellantes
hazla que suplique mientras la desplumas
(tal cual se despluma a una gallina)
dile al oído:
te amo
imbécil ángel
cuando te hartes de las súplicas
métele en la boca cada una de sus plumas
.
toma del cajón la tinta negra
la de bolear zapatos
pinta toda su radiante existencia
que no quede ni un rastro de luz
átala a la pata de la cama con una soga
trae un espejo de regular tamaño
cuando se descubra en su reflejo
llorará
por su actual oscura apariencia
llorará
de tanta tristeza que
sin lugar a dudas
su corazón
quedará como la naranja atropellada
solitaria sobre el ardiente asfalto
entonces
la pobre ángel de la guarda
moribunda compañía
morirá.
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3 comentarios:
Pues que malevolo, muy Nicanor Párras.
yo creo que aquí no termina todo, es decir, a ojo de buen taquero...
Podría aseverar sin temor a equivorcarme que los tacos de ángel son buenos para curar una buena cruda, déspues de tremenda borrachera, de esas que se perpetúan déspues de asistir con el hígado vacío a las bodas de Canaán.
A blasfemo, blasfemo y medio...
Don Greardocruzgrunerth, excelente, recuerdo este poema junto a ciertas obras del querido Mikes, bonitos tiempos (no tan viejos en realidad), muy nice. Como aquel poema de Las Palabras de Paz.
Pero sus lectores (o sea yo, en plural) exigimos saber qué es lo nuevo que ha escrito, además de seguir viendo estos textos que han quedado guardados.
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